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Sector Monetario

IV. SECTOR MONETARIO

A. COMPORTAMIENTO DE LA EMISIÓN MONETARIA

La emisión monetaria es la variable que sirve como indicador del seguimiento de la política Monetaria, Cambiaria y Crediticia, tomando en cuenta que es un indicador eficiente de la oferta del dinero y que adicionalmente, constituye una variable que el banco central puede controlar directamente.

La emisión monetaria al 30 de diciembre alcanzó un nivel de Q6,307.0 millones, superior en Q830.9 millones respecto a diciembre de 1997, y superior en Q174.0 millones al nivel establecido en el programa monetario.

 

 

La emisión durante el año reflejó un comportamiento acorde con la estacionalidad de su demanda; sin embargo, a partir del segundo trimestre se dió una desviación respecto a dicho nivel programado, llegando en el segundo semestre a ubicarse por encima del límite superior de la banda de confianza de la estimación, lo que indicaba una expansión monetaria, más allá de la esperada.

En el primer semestre, el principal factor monetizante lo constituyó la reducción de la reserva bancaria derivada de la reducción de la inversión obligatoria, la que se refleja en una monetización en la posición con los bancos por un monto de Q1,468.0 millones, factor que fue, tal como estaba previsto, compensado por la neutralización de liquidez efectuada por la reducción de reservas monetarias internacionales por Q507.2 millones (alrededor de US$80.0 millones) y la reducción de la posición con el sector público por Q1,242.2 millones.

 

 

De julio a octubre, tal como se señaló, la emisión monetaria alcanzó niveles significativamente superiores a los programados, rebasando los niveles superiores de la banda, los cuales se asocian al retiro de depósitos del gobierno derivados de gastos de funcionamiento e inversión, pero principalmente, de una reducción del endeudamiento interno que resultó de la no recolocación de los instrumentos financieros que se vencían. En ese período se observó el máximo desvío de la emisión monetaria de Q368.0 millones (7.4%) superior a lo programado.

En septiembre, se efectuó el ingreso de divisas derivado de la venta del 80% de las acciones de la Empresa Eléctrica de Guatemala, S.A. por un monto de US$512.0 millones, cabe señalar que dicha operación no tuvo efecto sobre la emisión ya que si bien se registró como un factor monetizante por el lado del aumento de las reservas internacionales, a la vez se registró un factor desmonetizante de la misma magnitud por el lado de los depósitos del sector público en el banco central. Por ende, con el propósito de no alterar el análisis de las variables que afectan la emisión monetaria, se excluyen del análisis los montos correspondientes a reservas monetarias internacionales y a la posición del Banco de Guatemala con el sector público derivados de dicha operación.

En el período en referencia, julio-octubre, se observaron presiones en el mercado cambiario, reflejadas en presiones en el tipo de cambio y por una alta demanda de divisas la cual fue atendida por el Banco de Guatemala. De esa cuenta, en ese período el banco central redujo su tenencia de reservas monetarias internacionales por US$273.4 millones, equivalente a aproximadamente, Q1,695.0 millones. En este lapso, la reducción de reservas internacionales fue el principal factor desmonetizante.

 

 

Como se señaló, el principal factor monetizante fue la posición con el sector público por Q754.9 millones. Otros factores monetizantes fueron, el retiro de liquidez de los bancos por Q424.6 millones, la reducción de operaciones de mercado abierto por Q268.3 millones, (de los cuales Q143.2 millones corresponden a retiros del IGSS) y otros activos netos.

En noviembre, el desvío de la emisión monetaria tendió a reducirse, acercándose ésta, al nivel establecido en el programa con un desvío de únicamente Q47.5 millones. No obstante, en este mes se generó una situación de iliquidez del sistema bancario que se generalizó a un número importante de bancos del sistema. En diciembre, se observó un incremento en el desvío respecto a lo programado, alcanzando un máximo, al 24 de diciembre, de Q339.0 millones; reduciéndose al al final del año a Q174.0 millones.

En noviembre, derivado de lo anterior el Banco de Guatemala para paliar los problemas de liquidez inyectó recursos al sistema bancario por medio del FRV y concedió adelantos de emergencia a algunos bancos del sistema.

En este período los principales factores monetizantes fueron, la posición neta del sector público por Q684.4 millones, las operaciones de mercado abierto por Q500.1 millones, el rubro otros activos netos por Q426.8 millones (que incluye Q261.0 millones de adelantos de emergencia que el Banco de Guatemala concedió a bancos del sistema), las reservas monetarias internacionales por Q93.2 millones (equivalente a US$13.6 millones), y Q73.0 millones que, por medio del FRV colocó en el mercado de dinero. Por su parte, el único factor desmonetizante lo constituyó la posición con los bancos por Q859.6 millones, quienes aumentaron sus depósitos en el banco central, con el propósito de cumplir con las disposiciones legales relativas al encaje.

 

Finalmente, resultados al 31 de diciembre muestran que la emisión monetaria se situó en Q6,307.0 millones, superior en Q830.9 millones al nivel de finales de 1997 y en Q174.0 al nivel programado. Las reservas monetarias internacionales ( netas de los fondos de privatización ) alcanzaron Q5,137.4 millones, equivalente a US$761.1 millones, lo que significa que en el año el nivel de reservas se redujo en US$341.4 millones.

 

Por otra parte, el resultado operativo del Banco de Guatemala al 31 de diciembre se ubicó en Q408.9 millones. Este comportamiento obedece a los lineamientos de política vigentes que establecen como uno de los objetivos reducir las pérdidas operativas del Banco de Guatemala, con el fin de ir eliminando esta fuente de monetización de origen interno, la cual dificulta el manejo de la política monetaria. Este resultado fu inferior en Q761.9 millones y Q441.3 millones al resultado operativo de los años 1996 y 1997, respectivamente.

 

 

C. AGREGADOS MONETARIOS

Los medios de pago (M2), al 31 de diciembre de 1998 se situaron en Q30,146.0 millones, nivel superior al observado a finales del año anterior en Q2,998.8 millones (9.98%), mostrando un crecimiento interanual de 11.0%. En la composición de los medios de pago, el medio circulante presenta un incremento interanual de 15.8%, mientras que el cuasidinero aumentó en términos interanuales 7.8%.

El reducido incremento acumulado de los medios de pago no responde al comportamiento observado en el crédito al sector privado, lo que refleja una reducción en la demanda por activos en moneda nacional que ha derivado en la utilización de fondos para la adquisición de divisas con destino tanto a la compra de bienes en el exterior como a la inversión en activos financieros externos (que presentaban una tasa de interés más atractiva que los instrumentos domésticos) y para el pago de adeudos en el exterior. Cabe indicar, que la mayor desaceleración de la demanda de medios de pago en quetzales se produjo en el segundo semestre del año, cuando se acrecentaron los desequilibrios del sector externo.

 

D. RESERVA BANCARIA

1. Reserva Bancaria Efectiva

La reserva bancaria es la suma del encaje computable más la inversión obligatoria que los bancos tienen que constituir en el Banco de Guatemala. Como parte del programa de reducción y generalización de la reserva bancaria que se aplicó entre diciembre de 1997 y junio de 1998, la Junta Monetaria mantiene un seguimiento a dicha variable, de manera que en términos efectivos, la referida reserva se sitúe dentro de los límites establecidos en la Resolución JM-463-97. Al respecto, es conveniente comentar que en 1998, dicha reserva se mantuvo alrededor de los porcentajes fijados por la Junta Monetaria, pues las diferencias entre estos porcentajes y los observados oscilaron entre 1.7 y –0.4 puntos porcentuales, situándose al 31 de diciembre en 19.7%. No está demás indicar que el 27 de noviembre y 14 de diciembre, mediante resoluciones JM-500-98 y JM-523-98, la Junta Monetaria dispuso reducir en medio punto porcentual (0.5%) la inversión obligatoria, por lo que los porcentajes se ubicaron a partir de esa última fecha en 14% para el encaje legal, 4.6% para la inversión obligatoria sobre obligaciones encajables y 18.6% para la inversión obligatoria sobre los bonos hipotecarios y prendarios.

 

 

En cuanto a los efectos derivados de la reestructuración de la inversión obligatoria, es conveniente comentar que con tal programa se pretendía coadyuvar a la reducción de los costos financieros de los bancos y por ende reducir el margen de intermediación financiera, a fin de estimular el ahorro interno y la inversión productiva del país. En ese sentido, conviene mencionar que el efecto de dicha medida en las tasas de interés prácticamente fue nulo, ya que las variaciones observadas en las mismas se comportaron, paralelamente, dentro de un rango de medio punto porcentual.

En cuanto al efecto que dicha reestructuración causó sobre los costos financieros del banco central, es importante indicar que, desde la puesta en practica del programa ( 11 de diciembre de 1997) hasta noviembre de 1998, los costos relacionados con la disminución de la inversión obligatoria se han reducido en Q53.0 millones, como consecuencia de que ésta se ha reducido en Q1,360.2 millones al 26 de noviembre.

Por otra parte, el hecho de que desde noviembre de 1997 se hayan sujetado los bonos hipotecarios y prendarios que gozan de garantía de recompra inmediata a inversión obligatoria, ha permitido la reducción de la asimetría que se estaba dando entre los bancos.

 

2. Posición de encaje

Cualquier cantidad de dinero que posean los bancos, después de haber cubierto el encaje, representa un excedente de recursos que pueden utilizar para otorgar créditos o adquirir otros activos. Esos recursos disponibles constituyen lo que se ha dado en llamar la "liquidez bancaria" (distinta de la liquidez de la economía como un todo, que es la liquidez que más se relaciona con el objetivo de politica, aunque constituye un factor potencial de expansión de la oferta monetaria). Por el contrario, cuando los bancos poseen menos recursos que los necesarios para alcanzar un nivel de encaje acorde con lo requerido según la ley, se dice que se encuentran en una situación de "iliquidez bancaria".

En virtud de que el método de cálculo del encaje previsto en la ley permite a los bancos compensar los días del mes en que tengan deficiencias de encaje con aquellos días en los que tengan excedentes de encaje, los bancos del sistema manejan su encaje diario y suelen (salvo casos muy esporádicos y excepcionales) terminar el período mensual con posiciones promedio de encaje iguales o superiores a los requeridos por la ley. Por lo tanto, a lo largo de un mes los bancos pueden pasar de posiciones de mucha liquidez a posiciones de mucha iliquidez y viceversa, generándose movimientos muy volátiles.

Durante el primer semestre dicha variable presentó un comportamiento recurrente con un ciclo bimensual, observándose que hubo meses en que el sistema bancario acumuló recursos y en otros se canalizaron hacia operaciones activas. De julio a noviembre del año en curso, el ciclo de la liquidez se redujo a un mes, acumulando recursos en la primera quincena y canalizándolos durante el resto del mes y viceversa.

Cabe agregar que la iliquidez bancaria que se registró en las primeras semanas de noviembre refleja el hecho de que el sistema bancario utilizó extraordinariamente los recursos líquidos con que contó en el mes de octubre. Al respecto, tal como se ha señalado, en octubre el sistema bancario adquirió divisas del banco central, dando como resultado que la liquidez bancaria se fuera reduciendo hasta ubicarse la posición de encaje en niveles negativos en noviembre, lo cual se agravó por la demanda de recursos para la adquisición de TELGUA, cuya liquidez temporalmente, previo a ser efectivo el pago por la compra, se mantuvo concentrada en una sola institución bancaria.

En virtud de que la iliquidez bancaria en las primeras semanas de noviembre se generalizó a un número importante de bancos del sistema, y tomando en cuenta la naturaleza temporal del fenómeno, el banco central inyectó liquidez de corto plazo al sistema bancario por un monto significativo, que le permitió al sistema terminar ese mes con una posición de encaje positiva.

El mecanismo utilizado por el Banco de Guatemala para dotar de liquidez al sistema bancario fue, principalmente mediante reportos a plazos cortos en el mercado de dinero por medio del FRV. La idoneidad de este mecanismo radica en que el problema de iliquidez registrado en las primeras semanas de noviembre, como se ha indicado, fue un fenómeno estrictamente temporal y focalizado en el sistema bancario, por lo que requería para su corrección de un mecanismo igualmente temporal que no distorsionara el equilibrio del mercado de dinero en períodos futuros. Adicionalmente, el mecanismo utilizado es congruente con el funcionamiento libre del mercado, pues mediante el mismo se asignan los recursos en función de los precios determinados por las condiciones y decisiones de los agentes económicos involucrados.

Por otra parte, cabe indicar que desde septiembre a la fecha el Banco de Guatemala ha otorgado adelantos de emergencia por un monto total de Q261 millones, todos ellos a un plazo máximo de treinta días, con lo cual se corrigió la situación de iliquidez de las instituciones bancarias solicitantes de los recursos.

Cabe señalar que al 3 de diciembre la posición de encaje se encontraba en -Q216.1 millones.

 

E. CRÉDITO AL SECTOR PRIVADO

1. Evolución del Crédito

El saldo de la cartera crediticia de los bancos al sector privado al 31 de diciembre de 1998, se ubicó en Q19,828.8 millones, monto superior en Q4,207.6 millones al observado al finalizar 1997 (19.6%), con un crecimiento interanual de 26.9%. Dicho crecimiento es muy superior al establecido como referencia en la política monetaria, cambiaria y crediticia para el presente año, que era de entre 13% y 15%.

Este comportamiento del crédito al sector privado está asociado a los desequilibrios en el mercado monetario que se reflejaron en el indicador de la emisión observada respecto a la progaramada.

 

Cabe traer a cuenta que el financiamiento que los bancos del sistema conceden al sector privado puede producirse por vías adicionales a las de la concesión directa de préstamos y el descuento de documentos. En tal sentido, al tomar en consideración formas alternativas de crédito al sector privado, tales como los reportos, sobregiros, gastos anticipados, compra de valores emitidos por particulares y crédito en moneda extranjera, podrían obtenerse resultados distintos al del crédito directo; sin embargo, lo más importante es la tendencia de los indicadores de crédito bancario todos los cuales dan cuenta de un acelerado crecimiento.

Efectivamente, si al crédito directo se le agrega el concedido vía operaciones de reporto y sobregiros en cuentas de cheques, se obtiene un indicador del "crédito total" que al 31 de diciembre estaría creciendo en 27.0% en términos interanuales. Si bien su crecimiento es un poco menor al del indicador del crédito directo (lo que se explica porque, al reducirse la tenencia de títulos públicos por parte de los bancos, estos redujeron la concesión de crédito vía operaciones de reporto y buscaron otras vías de crédito indirecto), este indicador también da muestras de un acelerado aumento del crédito bancario.

En ese sentido, es posible construir otros indicadores de la actividad crediticia. Por ejemplo, si al indicador anterior del "crédito total" se le adiciona el concedido indirectamente mediante sobregiros documentados, valores emitidos por el público y gastos anticipados, el nuevo indicador resultante de crédito total crecería 27.6% en términos interanuales. Si, además, se incluye el crédito que, según los balances de los bancos, ha sido concedido directamente en moneda extranjera, se obtiene un indicador del crédito general al sector privado a la misma fecha de 26.6% en forma interanual.

 

Se deduce, pues, que los bancos pueden modificar las formas de concesión de crédito a fin de adaptarse a las cambiantes condiciones del entorno financiero, por lo que, al tiempo que es conveniente continuar dándole seguimiento al conjunto de formas tradicionales de crédito (crédito directo), también resulta importante darle seguimiento a las innovaciones crediticias de los bancos, para efectos de mantener la consistencia intertemporal del análisis.

 

a) Actividad crediticia de los bancos

La cartera crediticia total que a noviembre de 1998 ascendió a Q18,416.2 millones mostró un incremento acumulado de Q3,174.3 millones (20.8%). Indica que los principales destinos atendidos eran: el comercio (30.7% del total), consumo (25.9%), agricultura (12.3%) y construcción (12.7%).

 

 

 

b) Cartera crediticia en mora y vencida

Durante 1997 la cartera crediticia vencida y en mora del sistema bancario se redujo en forma sostenida hasta situarse en 6.5% a finales de ese año. Durante 1998 dicha cartera no ha mostrado variaciones importantes, situándose en noviembre (última información disponible) en 8.1%. Dicho porcentaje se integra por 1.3% en cobro administrativo, 0.8% en proceso de prórroga, 2.5% en cobro judicial y 3.7% en mora.

 

TASAS DE INTERES

Las tasas de interés activas y pasivas del sistema bancario, luego que durante 1997 mostraron una tendencia hacia la baja, situándose en diciembre en 16.36% y 6.35%, respectivamente, se mantuvieron estables a partir de enero de 1998 y prácticamente no registraron cambios relevantes hasta el mes de septiembre, en el cual se empezó a observar una ligera tendencia hacia el alza. De esa cuenta la tasa de interés activa promedio ponderado se situó en 18.09% al 31 de diciembre, en tanto que la tasa pasiva (promedio ponderado de depósitos de ahorro, a plazo y de obligaciones financieras en circulación) se ubicó en 7.16.

 

El diferencial entre tasas de interés activas y pasivas promedio ponderado también mostró estabilidad desde diciembre del año anterior hasta julio de 1998. A partir de este mes dicho diferencial mostró un leve descenso alcanzando su punto más bajo e1 17 de septiembre al situarse en 9.8 puntos porcentuales. Sin embargo a partir de esta fecha, nuevamente se ha venido incrementando situándose, al 31 de diciembre en 10.93 puntos porcentuales.

 

 

En cuanto a las tasas de interés de las operaciones de reporto, cabe indicar que su comportamiento responde a un mercado de dinero de muy corto plazo, aspecto que lo hace diferente a las operaciones que se realizan en el mercado bancario. Por tal razón la tasa de reportos es más volátil y se ha observado que la misma está estrechamente relacionada con los niveles de liquidez o iliquidez del sistema bancario. Es por ello que cuando la liquidez bancaria registra temporalmente saldos negativos, la tasa de reportos tiende a subir y viceversa. Al 31 de diciembre esta tasa (promedio ponderado) se situó en 11.85%.

 

En lo que se refiere a la tasa de competitividad de la tasa de interés doméstica, se ha utilizado la tasa de paridad, definida como la tasa de interés externa (LIBOR y LIBID) más la variación porcentual interanual del tipo de cambio nominal de la moneda nacional respecto al dólar estadounidense (aunque para decisiones de inversión los agentes económicos toman en cuenta la variación que a su juicio esperan del tipo de cambio, asumiendo que no hay cambios en la percepción del riesgo país). Al respecto, conviene comentar que la brecha entre la tasa activa de paridad y la tasa activa interna se empezó a reducir desde marzo de 1997 hasta septiembre del año en curso, al aumentar aquélla en ese período de 2.7% a 12.0%. A partir de septiembre de 1998 esta tasa mostró una tendencia hacia la baja, lo cual se revirtió a finales de año, situándose al 31 de diciembre de 15.1%. Lo anterior es indicativo de que resulta cada vez menos favorable para los agentes económicos contraer deudas en el exterior para financiar la actividad productiva interna (en la medida en que las expectativas de depreciación sean mayores, menos favorable es endeudarse en el exterior).

 

En cuanto a la tasa pasiva externa de paridad, conviene comentar que la brecha entre ésta y la tasa pasiva interna promedio ponderado de los depósitos a plazo, de las OMAs y de las obligaciones financieras en circulación, también se redujo desde el año anterior, llegando incluso en buena parte de 1998 a estar la tasa doméstica por debajo de la tasa internacional, indicando con ello que habría mayores incentivos para trasladar los ahorro domésticos a instrumentos externos. Si bien es cierto que debe tenerse presente en el análisis de las tasas de paridad que, obviamente, se trata de promedios y que ciertamente existen en el mercado interno diversos instrumentos que ofrecen tasas de interés superiores en varios puntos al referido promedio (con lo cual aún resulta más beneficioso invertir en el país), también es cierto que, como indicador, las tasas de paridad proporcionan información importante en cuanto a la tendencia de la competitividad de las tasas de interés domésticas.

Por la vinculación y similitud de los mercados financieros de Centroamérica, las tasas de interés que se ofrecen en el área compiten directamente por los recursos con las tasas de interés que se ofrecen el mercado financiero de Guatemala, de manera que el diferencial entre las tasas es un factor importante que estimula el traslado de recursos de un país hacia otro. Al respecto, las gráficas siguientes presentan, al 3 de diciembre, las tasas de interés activas y pasivas promedio ponderado de cada uno de los países del área.

 

 

 

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